Fuente: La Jornada/ Alonso Urrutia y Néstor Jiménez

El director general de la Comisión Nacional del Agua, Germán Martínez Santoyo, informó que con una inversión de 93 mil 500 millones de pesos, se avanza en 15 proyectos hidráulicos para garantizar el derecho humano a este recurso en algunas regiones, así como su uso en la agricultura. Se trata de la construcción de presas y acueductos para incrementar el caudal de suministro en 17 metros cúbicos por segundo y ampliar los distritos de riego en 100 mil hectáreas.

Aunque algunos proyectos son de la actual administración, en otros casos, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador, “nos hemos dedicado a enderezar entuertos”. Entre algunos ejemplos destacó el de la presa El Zapotillo, cuya construcción estuvo detenida desde 2014, hasta que llegó esta administración, porque en ese entonces se pretendía inundar tres poblados de Jalisco, por lo cual se tuvo que negociar con sus pobladoers y buscar opciones.

Los sistemas de riego, agregó, estaban completamente abandonados. En Nayarit, el Canal Centenario “lo dejaron abandonado. Ahí estamos ya avanzando en la obra, vamos a concluir y son más de 40 mil hectáreas de riego”. Las obras de la presa Santa María, en Sinaloa, fueron detenidas y se reanudaron en la actual administración. En cuanto a la obra de Picachos, comentó: “¡Imagínense! En Concordia, que es el municipio donde está la presa, no tienen agua”.

Destacó también el abandono del territorio yaqui, donde ‘“no había nada” y se programaron obras hidráulicas. El responsable de los proyectos, Aarón Mastache, apuntó que con el acueducto se pretende beneficiar a 34 mil habitantes de 50 comunidades yaquis con 200 litros por segundo, con una inversión de 2 mil 200 millones de pesos. En el distrito de riego del pueblo yaqui se busca ampliar en 38 mil hectáreas la superficie regable con una inversión de más de 7 mil 200 millones de pesos

Se acordaron alternativas para la presa El Zapotillo

Claudia Landeros, responsable de las obras de la presa El Zapotillo, aseveró que se trata de una iniciativa abandonada que se retomó mediante el dialogo con las comunidades de los pueblos de Temacapulín, Acasico y Palmarejo, que estaban destinados a desaparecer bajos las aguas con el proyecto original. Se encontró una alternativa técnica por consenso para evitar la inundación.

Agregó que se pretende instalar dos acueductos de El Zapotillo a la presa El Salto a fin de incrementar el suministro de agua a las colonias más pobres de la zona metropolitana de Guadalajara, en beneficio de 1.1 millones de personas.