Fuente: Expansión/ Diana Zavala

  • La tecnología y protocolos en las obras hacen que haya cada vez menos incidentes.

Las grandes construcciones implican grandes riesgos, por lo que la industria toma medidas de la misma magnitud para evitar accidentes, como el que ocurrió el 16 de enero cuando una estructura del Tren “El Insurgente”, cayó sobre dos vehículos en la alcaldía Álvaro Obregón. Aunque el accidente fue aparatoso, no hubo ninguna víctima.

No obstante, no ha sido el único incidente del proyecto. Se han reportado al menos cuatro siniestros más a lo largo de los 10 años de la obra, en los que han habido tres muertes. Pero casos como estos ya son atípicos en el sector, de acuerdo con Francisco Solares Alemán, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC).

“El riesgo existe, sin embargo, cada vez tenemos más dispositivos y protocolos de seguridad industrial (…) por lo que cada vez son menos frecuentes los accidentes de este tipo. Obviamente puede fallar una cosa, aquí parece que fue la grúa que estaba subiendo (en el Tren Interurbano), pero no es común”, apunta el experto.

Las cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en donde se reportan los incidentes en donde están involucrados trabajadores, demuestran esta reducción de casos.

En 2018, antes de la pandemia, hubo 42,849 casos en la industria de la construcción. En 2019, la cifra se redujo a 49,489. En 2020, cuando hubo confinamiento, hubo una contracción drástica a 27,033 por la pausa en las actividades del sector. En 2021, con la apertura paulatina de la economía, crecieron a 20,267, en 2022 a 35,446 y para el tercer trimestre de 2023, último del que se tiene registro, hubo 19,569 accidentes.

“Indudablemente la actividad en la construcción es una actividad que tiene riesgo, por eso no es lo mismo lo que se paga al Seguro Social por un trabajador que está en un escritorio, por ejemplo, al que está montando una trabe de un edificio de 30 a 70 pisos de altura”.

Pero el IMSS sólo registra los casos en donde hubo personas afectadas. Pero los sucesos que no involucran trabajadores también son importantes para el sector, “en primer lugar cuidamos la salud y la vida de los trabajadores, pero también cuidamos el dinero, la economía de la obra, porque también repercuten ahí los accidentes, en el costo de la obra”, dice Francisco Solares.

Para evitar los accidentes, además de la capacitación constante, respeto a normas de construcción y difusión de las medidas de precaución, hay ocho puntos a seguir en las labores de izaje, como el que se llevaba a cabo el Tren México-Toluca, de acuerdo a Laura González Valdiviezo, especialista en seguridad ocupacional.

La experta destaca ocho puntos claves en las actividades: planificación, capacitación del personal, inspección de equipos, carga y distribución, comunicación efectiva, área de trabajo segura, monitoreo meteorológico y protección personal.

En el caso del accidente en el tren, cuya construcción está a cargo del gobierno de la Ciudad de México, el presidente de la CMIC apunta que todo indica que el problema se debió a un fallo técnico de la grúa “aunque no es común y esto no debe pasar.

Las constructoras cada vez tenemos más interés y cuidado en que se cumplan todos los protocolos de seguridad, inclusive tenemos personal al que llamamos seguristas, que su función es precisamente cuidar la seguridad de los trabajadores. Solamente vigilan y ayudan a que las condiciones sean óptimas”, agrega.