Fuente: El Economista/ Alejandro de la Rosa

  • La industria de la construcción está dispuesta a colaborar en dichos proyectos que significarían un incentivo principalmente para las pequeñas constructoras, luego de que para la segunda mitad de este 2021 ya no se prevén grandes obras públicas.

El presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Francisco Solares, afirmó que además de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), las de Marina y Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) están trabajando en la elaboración de proyectos estratégicos de infraestructura que serán licitados al iniciar el próximo año y deberán concluir a finales del 2023, los cuales pueden ser un incentivo para las pymes del sector que siguen pasando mal momento.

El lunes pasado, el subsecretario de Infraestructura, Jorge Nuño, anunció la elaboración de la Estrategia para los caminos del bienestar 2021-2023, que implicará recursos presupuestales por cerca de 50,000 millones de pesos y serán ejecutados mediante erogaciones plurianuales.

“Se trata de una buena propuesta, en términos generales, porque se va a garantizar los recursos y los tiempos de ejecución. Hemos tenido reuniones con él donde nos decía que pronto daría noticias positivas. Si bien no nos sorprende, nos da gusto que caminemos por ahí porque beneficia a la industria y al país. Estamos totalmente dispuestos a colaborar”, comentó el empresario.

Sin embargo, reconoció que falta conocer detalles de licitaciones, porque si bien se habló de ahorros por impactos inflacionarios al concursar una obra por dos o tres años en lugar de uno (hasta del 3%), se debe conocer quien asumirá el riesgo de la parte inflacionaria.

El presidente de la CMIC, Francisco Solares, también destacó la coyuntura económica que se vive actualmente, con una “burbuja inflacionaria que ronda, de forma anualizada, el 6%” y de extenderse es un factor riesgo a considerar”.

Sector de la construcción confía en crecer 5%

Aún con los datos negativos que enfrentó la industria en abril pasado (luego de crecer en enero, febrero y marzo, respecto a los meses previos), al contraerse el 1.8% el valor de producción de las empresas constructoras (en cifras desestacionalizadas), el presidente de la CMIC confía que al cierre del 2021 se logra un crecimiento del 5% en el PIB de la construcción, como se estimó a principios de año.

“En la segunda mitad del año podría seguir disminuyendo la actividad pública, pero hay que ver el comportamiento de la parte privada, que es el gran motor. Creo que sí llegaremos al 5%, el tema es que estará repartido entre las grandes empresas que tienen grandes obras y las pymes son las que más padecen por riesgo de desaparecer, por eso es que se les debe apoyar”, agregó Solares.

Desde su nombramiento, en marzo pasado, el representante de los constructores mantiene comunicación con los titulares de las dependencias que desarrollan obra pública, por lo que está enterado que en la Secretaría de Marina ocuparán el resto de este año para detallar los proyectos a concursar a principios del 2022.

En el caso de la Sedatu, ¿qué le han comentado?

Está en lo mismo, preparando lo que va a sacar a licitación y ejecución inmediata el próximo año. Desde hace semanas nos dijo Román Meyer (su titular) que para el segundo semestre ya no hay nada. El presupuesto de este año está comprometido y ejercido.

¿Tienen la certeza de que este año prácticamente se acabó?

Estamos seguros que así será por parte de la obra pública, pero el siguiente lo esperamos muy intenso con buenos montos de inversión y con beneficio para nuestras pymes, las cuales cuentan con la experiencia y calidad suficiente.