Fuente: Real Estate Market/ Rocío Alavez

  • En México, muchas empresas reevalúan sus estrategias, inversiones y recursos para estar mejor posicionadas durante la crisis y después de esta.

Aunque la industria de la construcción representa el 13% del Producto Interno Bruto (PIB) mundial, a junio del 2020, los especialistas indican que antes del Covid-19 no funcionaba del todo bien, pues experimentó un escaso crecimiento de la productividad del 1% anual durante las últimas dos décadas.

En un reporte, McKinsey & Company añade que los excesos de tiempo y costos son la norma, “y las ganancias generales antes de intereses e impuestos son solo alrededor del 5% a pesar de la presencia de un riesgo significativo en la industria”.

A este contexto hay que agregar que la digitalización y la diversidad de talento son los principales retos que destacan en la industria de la construcción en cualquier país. Y en México, muchas empresas reevalúan sus estrategias, inversiones y recursos para estar mejor posicionadas durante la crisis y después de ella.

Actualmente, muchas empresas deben adaptarse a cambios semanales e incluso diarios; “hoy más que nunca, la tecnología brinda una respuesta a largo plazo para estos cambios”, señala Luis Miguel Herrera, director de negocios de Procore Latinoamérica, en entrevista con Real Estate Market & Lifestyle.

Menciona que la tecnología ayuda a los equipos a mantenerse activos, al tiempo que se respetan las medidas de distanciamiento. “En esta nueva normalidad, el paso de lo manual a lo digital ya no se trata simplemente de ahorrar tiempo y reducir los costos, sino también de permanecer conectado en un mundo desconectado”.

Por lo que las empresas analizan cómo aprovechar la tecnología para mejorar la seguridad en la obra y permitir el trabajo remoto, siempre que sea posible. “Usan los datos para entender mejor las complejidades actuales, reducir el riesgo y evitar los retrasos en los proyectos”, señala el especialista.

Y está seguro que no hay industria mejor preparada para este desafío que la de la construcción, pese a que en México experimentó un desplome del 17.2% anual en el año pasado, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

Para ejemplificar, Herrera retoma datos de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), que pronostica que la construcción crecería cerca del 5% este año. Ante este alentador panorama para el sector, dice, es fundamental identificar los principales retos y seguir avanzando hacia una nueva.

“No solamente bajo el contexto de la pandemia, sino hacia las nuevas tendencias que demandan enfoques novedosos, más técnicos e inclusivos. Esto nos permitirá desarrollar el sector y explotar su potencial. La disrupción de datos e información, así como la integración de plataformas de gestión de proyectos que sean capaces de interpretar y manipular esta información de manera oportuna, pueden ser un factor de cambio determinante para el sector”.

Destaca que mediante los mecanismos digitales adecuados, las compañías ofrecerían mayores condiciones de conectividad entre los equipos de trabajo, ya sea en funciones corporativas o constructores de campo, así como una fuente única de datos precisos y oportunos al alcance de sus dispositivos móviles.

“La información de un proyecto, consolidada en un software de gestión en la nube para la construcción, permiten contar con procesos más estandarizados hasta un mejor rendimiento de los recursos, mitigación de riesgos y mejora en la comunicación de la fuerza laboral remota, ya que conecta a todos los integrantes de un proyecto en una única plataforma”.

El papel del recurso humano en la industria

Luis Miguel Herrera refiere que el futuro de la construcción no solo es el software, sino las personas que lo utilizan: El compromiso de una compañía con las tecnologías de vanguardia afecta directamente la retención de empleados, las tasas de aceptación de un puesto y la velocidad de incorporación de nuevos puestos y funciones.

“Un factor importante es la retención y satisfacción de los empleados, en una industria que suele tener altos porcentajes de movilidad y deserción. Pero hoy también es más importante que nunca poder hablar de eficiencia, eficientizar procesos, atracción y retención de nuevos talentos”.

No obstante, cifras del Inegi del 2018 indican que las mujeres ocupaban el 13% de la población que trabajaba en esta industria. Además, la escasez de mano de obra calificada es un problema importante de la industria en varios mercados, lo que incrementaría en las próximas jubilaciones, según reporta McKinsey & Company.

A pregunta expresa de cómo puede paliarse la falta de digitalización y de talento en el actual contexto, el especialista acota que muchos de los desafíos del 2020 se pudieron superar mediante el uso de tecnología para hacer el mundo más seguro y para poder seguir construyendo.

“El 2021 y los siguientes años impulsará la construcción hacia la implementación de flujos de trabajo digitales, colaborativos, eficientes y con toda la información en tiempo real”, en donde las plataformas ofrecerían un monto de ahorro variado, pero que influirá en cada aspecto de un proyecto, ya que la industria de construcción siempre fue una industria con márgenes ajustados, finaliza el entrevistado.