Fuente: Obras/ Gabriela Lara

  • En México, dada la frecuencia de sismos de bajo impacto y terremotos, la seguridad estructural es crucial en la construcción de edificaciones.

Los sismos o terremotos someten a las edificaciones y viviendas a distintas fuerzas, lo que puede ocasionar que la infraestructura se dañe. Como hace seis años, con el terremoto del 19 de septiembre que dejó múltiples inmuebles dañados.

De acuerdo con la Secretaría de Protección Civil de la Ciudad de México, el país está ubicado en el llamado Cinturón de Fuego, donde se registran gran parte de los movimientos telúricos a nivel mundial. Ante las situaciones geográficas y los hechos naturales que han marcado el país, las edificaciones cada vez optan por herramientas innovadoras que puedan brindar seguridad para los usuarios y mantener la infraestructura del inmueble.

La arquitecta Susana Ezeta, coordinadora del Área de Tecnología de la Facultad de Arquitectura, menciona que uno de los avances más significativos es la implementación de dispositivos conocidos como disipadores sísmicos.

“Estos actúan como resortes o amortiguadores, reduciendo el movimiento de la estructura en su base durante un sismo”, menciona la experta. Deben ser colocados en los elementos de apoyo junto con la cimentación, separan la edificación del suelo, lo que permite se mantenga en una posición diferente a la del suelo en movimiento.

Estos disipadores sísmicos, aunque implican costos adicionales, se recomiendan especialmente en edificios catalogados dentro del Tipo A y B1, como hospitales, estaciones de emergencia, escuelas y edificaciones altas, ya que garantizan la continuidad de su funcionamiento tras un terremoto.