Fuente: El Economista/ Alejandro de la Rosa

  • Desde su perspectiva, una “ventaja” que tienen los ingenieros militares es el decreto que agiliza permisos y licencias en obra pública, con el argumento de que se declaren de interés público.

“Las obras civiles que nosotros hacemos se verifican y se auditan muchas veces por la ASF. Yo planteé al presidente de la Comisión de Infraestructura de Diputados que debían de auditarse también las obras que hace el gobierno”.

Mérida, Yuc. El presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), Francisco Solares, consideró que en “igualdad de condiciones” las empresas privadas también pueden construir en tiempo, forma y presupuesto como lo hizo el Ejército Mexicano en el recién inaugurado Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) e insistió que las magnas obras que realice el gobierno, como la terminal, también tienen que ser auditadas a detalle porque se hacen con recursos públicos.

“La opinión que tengo del AIFA es que es un aeropuerto al que le falta todavía algo de infraestructura, sobre todo en la parte de accesos. No tiene las vialidades requeridas para poder llegar con facilidad y en tiempos adecuados. Faltan varios meses para que esto pueda resolverse”, dijo.

En conferencia de prensa previa al foro nacional: Infraestructura sostenible, pilar para el desarrollo y bienestar de México que se realizará en esta ciudad, Solares también informó que el consejo directivo de la cámara lo ratificó para seguir en el cargo por segundo año consecutivo.

Desde su perspectiva, una “ventaja” que tienen los ingenieros militares en este momento es el decreto que agiliza autorizaciones, permisos y licencias en obra pública, con el argumento de que se declaren de interés público y seguridad nacional (en los sectores comunicaciones, telecomunicaciones, aduanero, fronterizo, hidráulico, hídrico, medio ambiente, turístico, salud, vías férreas, ferrocarriles en todas sus modalidades energético, puertos o aeropuertos).En contraste, el presidente de la CMIC aseguró que por el momento no es posible verificar públicamente el costo del AIFA, como ocurre con obras públicas a cargo de empresas privadas.

“Las obras civiles que nosotros hacemos se verifican y se auditan muchas veces por la Auditoría Superior de la Federación (ASF). Yo planteé al presidente de la Comisión de Infraestructura de la Cámara de Diputados que debían de auditarse también las obras que hace el gobierno porque se hacen con dinero de los mexicanos. Estamos a la espera”, agregó Solares.

Los trenes que vienen
Aún con las complicaciones que enfrenta el sector de la construcción, que se agudizaron con la pandemia, el escenario en el corto plazo sigue complicado por el conflicto bélico en Ucrania (lo que ha ocasionado, entre otras cosas, que aumente el costo del acero), el empresario confía que el 2022 puede ser positivo para el sector.

“La industria en estos momentos todavía vive momentos difíciles, sobre todo las pequeñas y medianas empresas. No nos hemos recuperado. Los empresarios estamos facturando menos, no llegamos a los niveles de antes de la pandemia, el 2019, pero si podemos seguir, así como vamos, en algunos casos con bajas, en el 2024 podríamos llegar a los niveles que teníamos”, detalló.

En ese eventual impulso incluyó al tren México-Toluca y el Tren Maya, en los que hay una gran participación de empresas privadas y que, de acuerdo con instrucciones del Presidente de México deben inaugurarse antes de que concluya el actual sexenio. Sobre el primero, destacó la falta de planeación que ha ocasionado sobrecostos y un mayor tiempo para concluirlo. Además de la falta de asignación del presupuesto.