Fuente: El Economista/ Alejandro de la Rosa

  • A pesar de las obras emblemáticas de este gobierno hoy la inversión pública en infraestructura es de menos de tres puntos del producto, por lo que el gremio de constructores pidió elevar el gasto y no relegar a las empresas privadas.

La Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) no quiere perder más presencia en el desarrollo de la infraestructura del país en la víspera del boom previsto por el nearshoring, ni que su labor siga siendo sustituida por ingenieros militares, por ello, este jueves presentaron un documento prospectivo en el que se destaca la urgente necesidad de que la inversión pública en el sector llegue al 6% como proporción del PIB para convertirse en el “gran motor de la economía”.

El documento entregado ya a los tres candidatos a la Presidencia de la República refiere que del 2009 al 2022, la inversión pública, medida en términos del PIB, registró un descenso consistente hasta representar tan sólo el 2.2% del PIB en el 2019, su nivel mínimo histórico, lo que ha generado el cierre de empresas y pérdida de empleos del sector.

“Durante el 2023, la inversión pública en infraestructura como proporción del PIB se ubicó en 2.8 por ciento. Para poner estos datos en contexto, conviene apuntar que en el periodo 2013-2017 la inversión pública fue, en promedio anual, del 3.8% del PIB, en tanto que durante el periodo 2019-2023 ésta se ubicó en el 2.7% del PIB, nivel marcadamente inferior del que requiere el país para atender los rezagos y nuevos retos de infraestructura”, se detalla en la propuesta Invertir para crecer, crecer para igualar.

En su participación como anfitrión del Congreso de la CMIC, Francisco Solares, presidente saliente, destacó otras prioridades del sector: impulsar obras que permitan contar con energía suficiente, limpia y barata, y que garanticen un manejo sostenible y despolitizado del agua, ampliar y modernizar la infraestructura carretera, ferroviaria, portuaria, aeroportuario y multimodal, impulsar sistemas de movilidad urbana y promover la vivienda social.

También insistió en la necesidad de crear un órgano colegiado con la participación de los sectores público, privado y academia que sea el responsable de la planeación a largo y mediano plazo de la infraestructura para el país y evitar con ello “ocurrencias sexenales”.

“En nuestra cámara no calificamos ni descalificamos las propuestas en función del color político que las promueve sino en función de que impulsen el desarrollo y la competitividad de México y contribuyan a una mejor calidad de vida de la población”, mencionó.

¿Qué debe presumir el Ejército?

Ante empresarios de la construcción, el consultor Adrián Gallardo fue el encargado de hacer una exposición detallada de las cifras del documento, aunque también trató un tema que ha causado malestar en la industria: la creciente labor de la Sedena en construcción de infraestructura, que inició con el aeropuerto de Santa Lucía, pasó a sucursales del Banco del Bienestar y luego a unos tramos del Tren Maya, entre otras cosas.

“Si el argumento es que las fuerzas armadas hacen las cosas mejor, uno pensaría que lo hacen de manera más barata, más eficiente y más rápida, pero, si eso es así: por qué entonces se reservan los expedientes y la información relacionada que debiera ser pública… No vemos que salgan a presumir lo que se está haciendo”, agregó.

En dicho tema coincidieron los candidatos presidenciales Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Maynez, quienes mencionaron la necesidad de que el Ejército no se encargue de las tareas de los constructores privados que cuentan con una experiencia probada.

Como parte de sus propuestas en el sector, por ejemplo, Gálvez (que tiene como asesor en tema de infraestructura a Guillermo Ruiz de Teresa, quien fuera coordinador General de Puertos y Marina Mercante en el sexenio anterior) se comprometió, por ejemplo, a crear la Oficina nacional de proyectos de infraestructura en la que hay participación de todos los actores involucrados y a realizar un estudio a fondo antes de tomar una decisión sobre la posibilidad de retomar o no la construcción del aeropuerto de Texcoco, Estado de México.

Por su parte Maynez, que tiene como colaborador en el tema a Fausto Barajas, subsecretario de Infraestructura en la administración de Felipe Calderón, dijo que el Ejército no tiene que ser un competidor directo de las empresas constructoras ni administrar trenes o aerolíneas, porque eso va generar grandes problemas de déficit en el corto plazo.

Al encuentro no asistió, por motivos de agenda, la candidata Claudia Sheinbaum, de quien se ha mencionado tiene como vínculo con los constructores a la empresaria jalisciense Altagracia Gómez.