Fuente: El Economista/ Alejando de la Rosa

  • Los trabajos iniciarían en septiembre, un año después de lo previsto originalmente, y tomarán 36 meses, de acuerdo con la manifestación de impacto ambiental del proyecto que publicó la Semarnat; aseguran que habrá “una mínima ocupación adicional” de derecho de vía.

Con un retraso de un año, los trabajos de ampliación del tren suburbano de la estación Lechería al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), que requerirán de una inversión de 12,479.4 millones de pesos, fueron retomados por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) y se planea concluirlos en agosto del 2023 (17 meses después de que se inaugure la terminal aérea).

En agosto del año 2020 la dependencia presentó el análisis costo beneficio del proyecto que se ubica en los municipios de Tultitlán, Tultepec, Nextlalpan y Zumpango del Estado de México, donde se tenía planeado comenzar los trabajos al siguiente mes y terminar toda la obra en agosto del 2022.

Sin embargo, en la manifestación de impacto ambiental (MIA) requerida, publicada el jueves pasado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), se precisó la nueva fecha.

Con base en los tiempos promedio de autorización de una MIA, se prevé que ésta tomará cerca de cuatro meses y será cuando se puedan iniciar los trabajos de nueva construcción, aunque la empresa CAF, que participa en la concesión del tren suburbano Buenavista-Cuautitlán, puede comenzar ya tareas menores y de preparación de sitio, debido a que gran parte del trazo (de los 23 km del nuevo recorrido) está ubicado en donde ya hay vías férreas. “Se construirá una vía sencilla exclusiva con seis laderos de rebase de 500 metros cada uno entre la estación Lechería del sistema 1 del Ferrocarril Suburbano hasta la futura estación AIFA (Santa Lucía), siguiendo el derecho de vía de las líneas H, SH y TS (concesionadas a empresas de carga)”, refiere el documento.

A pesar de que la dependencia aseguró que habrá “una mínima ocupación adicional” de derecho de vía, el titular de la Dirección General de Desarrollo Ferroviario y Multimodal (DGDFM), Manuel Gómez, ofreció algunos detalles al respecto en una reunión con ingenieros civiles: estimamos, si podemos salvar los problemas de derechos de vía, que no son grandes porque vamos por el derecho de vía que tiene Ferrovalle, pero hay gran cantidad de obra inducida, algunas invasiones que estamos en proceso de desalojo… Sorteando todo, estimamos tener operando el ramal en el segundo semestre del 2023.

La participación del Fonadin

Actualmente, el tren suburbano está concesionado a Ferrocarriles Suburbanos SAPI (empresa integrada por la española CAF, Omnitren (del empresario Roberto Alcántara, quien tiene un punto de venta de su aerolínea VivaAerobus en la estación Buenavista) y el Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin).

Originalmente, se pensó que el 80% de los recursos para la construcción del nuevo ramal provendrían de presupuesto público y el resto del sector privado. No obstante, recientemente el director de Banobras, Jorge Mendoza, dijo en un programa del Canal Once que “probablemente” van a participar en el esquema de financiamiento de la obra, como lo están haciendo en la construcción del Tren Maya, donde entraron por petición del Presidente Andrés Manuel López Obrador para acelerar sus obras de infraestructura prioritarias.

Respecto a los trabajos a realizar, debido a que el ramal debe ser compatible con la operación actual de carga, es necesario realizar diversos ajustes, entre ellos: la reubicación de un patio de maniobras y 31.4 km de desplazamiento de vías de carga, ocho pasos superiores vehiculares, dos viaductos ferroviarios, un puente ferroviario nuevo de cuatro vías, la rehabilitación del puente ferroviario existente para vías de pasajeros y 16 puentes peatonales.

Adicionalmente, se tendrán que hacer centros de transferencia modal en cada nueva estación, sistemas de señalización, control de trenes, entre otros.