Fuente: Obras/ Diana Zavala

  • La obra promete llevar inversiones a estados como Campeche, Tabasco y Chiapas. Pero es necesario garantizar un reparto justo del desarrollo, dice Carina Arvizú, la directora de desarrollo urbano.

El Tren Maya no sólo será un medio de transporte. Es un proyecto que, por su complejidad y dimensión, repercutirá en su entorno. Alrededor de las 19 estaciones con las que se conformará, habrá transformación e impacto. Y la planeación puede hacer la diferencia entre tener un desarrollo equilibrado y justo para los residentes o incrementar la brecha social entre las nuevas zonas turísticas y los habitantes de alrededor.

Carina Arvizú, directora de desarrollo urbano de la obra, es la encargada de trazar las estrategias y coordinar todos los actores que trabajan —de la industria privada y el gobierno— para buscar la manera de que el Tren Maya sea un detonante positivo para el sureste del país. A través del plan Comunidades Sustentables, también busca ordenar la actividad e inversiones que se generarán en los polígonos de influencia-