Fuente: El Economista/ Alejandro de la Rosa

  • La pandemia y una recia temporada de huracanes retrasaron la obra el año pasado, por lo que este año será crucial para conseguir que la infraestructura esté lista para el primer semestre del 2024; en mayo será la licitación de compra de trenes e instalación de sistemas ferroviarios y la construcción de talleres y cocheras.

El 2021 es un año clave en la construcción del Tren Maya porque marcará el ritmo necesario para cumplir la meta de inaugurarlo durante el primer semestre del 2024, aseguró el director del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), Rogelio Jiménez Pons.

Con una inversión total de 156,000 millones de pesos, el tren dará servicio a pasajeros y carga en una extensión de 1,500 km y conectará a: Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo.

“Estamos escuchando y atendiendo todas las inquietudes que existen, pero no vemos que algo frene los trabajos. Si es necesario trabajaremos turnos triples”, dijo.

En entrevista, el funcionario adelantó que para los siguientes 12 meses requiere de unos 41,200 millones de pesos para hacer frente a los compromisos adquiridos (pago a consorcios que construyen los primeros cuatro tramos, pagos de rieles y derecho de vía, entre otros), de los cuales 36,287.9 millones de pesos ya están contemplados en el presupuesto de la Secretaría de Turismo y el resto se obtendrá de una petición adicional de 5,000 millones de pesos, que puede ser a través de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

También este año se realizarán los primeros pagos de la adquisición del material rodante.

En el 2020, la pandemia del Covid-19 y la temporada de huracanes limitaron los avances de la obra. Con base en los últimos datos reportados por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), hasta septiembre pasado el proyecto registró un avance total de apenas el 0.17 por ciento.

Pese a las complicaciones, el funcionario explicó que se logró sacar adelante las cuatro licitaciones de obra pública que estaban planeadas y que de los cerca de 25,000 millones de pesos que tenían de presupuesto total (incluyendo las modificaciones, porque originalmente se les asignaron 2,500 millones de pesos), únicamente se ejerció el 40% y el resto se devolvió a la hacienda pública.

“En el 2020 planeamos generar 80,000 empleos y llegamos como a 30,000. Este año no hay excusa y vamos a llegar a unos 110,000 empleos. El tren va”, agregó el funcionario.

Hasta la semana pasada, dentro de los avances generales de la obra se detalló que en el tramo 1 (Palenque-Escárcega) el proyecto ejecutivo tiene un avance del 67% se trabaja en obras de drenaje transversal y terracería, en el tramo 2 (Escárcega-Calkiní) el avance es del 62% y se continúa el desmontaje de vía, desmonte y las actividades de corte y terraplén.

En el tramo 3 (Calkiní-Izamal) el avance es del 69% y ya se finalizaron las tareas de desmontaje de la vía antigua y están en la elaboración de subrasante y, por último, en el tramo 4 (Izamal-Cancún) el proyecto ejecutivo lleva el 38% y ahí continúan las actividades de despalme, corte y terraplén y obras de drenaje transversal.

La Sedena y Daniel Chávez

La ventaja de que en la mitad del trayecto ya existían vías (tramos 1, 2 y 3, los cuales ya cuentan con manifestaciones de impacto ambiental autorizadas) y que el resto de los tramos (4, 5, 6 y 7) se desarrollarán principalmente sobre infraestructuras carreteras, genera certidumbre a la principal obra ferroviaria del actual gobierno.

Además, en el tema ambiental se planea ampliar la extensión de la reserva de la biosfera de Calakmul y para ello se trabaja con expertos de diversas instituciones.

“Estamos trabajando de manera diferente. Escuchando todas las voces e involucrando a las comunidades. Este año también daremos impulso a los polos de desarrollo que habrá en torno al tren y en las estaciones, en ambos casos habrá participación privada y de los habitantes, los vamos a incluir. Es un proyecto integral”, agregó Jiménez Pons.

Respecto a la infraestructura principal, está en proceso la licitación del tramo 5 (que originalmente se haría mediante asociación público-privada y finalmente será obra pública) y los otros dos tramos, por decisión del Presidente Andrés Manuel López Obrador, estarán a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).

Actualmente, brigadas de militares ya realizan trabajos preliminares de topografía y geología en la zona. Se prevé que en la segunda mitad del año comiencen a trabajar con mayor intensidad en tareas constructivas.

En todos los tramos, las empresas nacionales y extranjeras que asesoran técnicamente al fondo, como Senermex, Key Capital, Renfe Operadora o DB Engineering & Consulting, se mantienen en estrecha coordinación con los consorcios constructores y eventualmente con los ingenieros militares.

Otra decisión Presidencial que se tomó “sobre la marcha” fue la participación del empresario Daniel Chávez, ingeniero civil y presidente de Grupo Vidanta, como supervisor externo de todo el tren de manera honoraria.

“Tiene mucha experiencia en construcción. Le entrega directamente al Presidente sus opiniones sobre cómo está viendo las cosas. Nos pregunta, consulta. Tiene gente trabajando con él. En este momento, una de sus preocupaciones es cómo resolver de la mejor manera los dos años de obra que habrá en el tramo 5 (Cancún-Tulum), porque es la única carretera para atender los flujos turísticos. Juntos estamos viendo cómo resolver los problemas de tránsito con vías alternas”, detalló el director del fondo.

Ha trascendido que en las últimas semanas se han realizado diversas juntas de trabajo para determinar la fecha de inauguración del tren, que también podría ser marzo del 2024, en virtud de que los cuatro representantes de los constructores han reiterado sus compromisos de responder la confianza que se les depositó. Por lo pronto, el Tren Maya va.