Fuente: ABC noticias/ Miriam Abrego

• Pese a la incertidumbre internacional, el sector vive en Nuevo León una etapa de gran dinamismo gracias a la obra pública y también a la vivienda.

Si consideramos que la industria de la construcción funciona como un termómetro económico, Nuevo León podría presumir de tener una temperatura saludable. Basta con recorrer las principales calles y avenidas del área metropolitana de Monterrey para confirmar lo evidente: la ciudad vive un auge de obras tanto públicas como privadas.

Actualmente, cerca del 50% de la operación de las constructoras en la entidad se enfoca en edificaciones, mientras que otro 20% se concentra en proyectos que tienen que ver con transporte. En este contexto, el gremio constructor —recientemente encabezado por Rodrigo Garza, nuevo presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) en Nuevo León— mantiene una visión optimista sobre el desarrollo del sector, impulsado, en gran medida, por la inversión en infraestructura vial.

“Estamos muy optimistas. Han habido buenos anuncios por parte del gobernador en cuanto a inversión para este año, y hay cifras que respaldan ese optimismo. La Dirección de la Red Estatal de Autopistas nos compartió planes importantes en ese sentido”, señala Garza en entrevista.

Entre los proyectos estratégicos destacan: la carretera La Gloria–Colombia, la vía Interserrana y la ampliación de una sección del Anillo Periférico. Además, se contempla el fortalecimiento del sistema de transporte colectivo, incluyendo el desarrollo de nuevos tramos de metro. “En Nuevo León sí ha ido creciendo la inversión en materia de vías de comunicación”, enfatiza Garza.

Sin embargo, no todo el panorama es alentador. El líder del gremio señala que, desde el Gobierno Federal, la inversión en mantenimiento carretero ha sido limitada, con recursos enfocados en obras icónicas de alto perfil, dejando de lado necesidades básicas de infraestructura en los estados.

A nivel local, el dinamismo del sector se refleja también en la fuerte participación de empresas regiomontanas, responsables del 90% de las obras que se ejecutan actualmente. Esto se traduce en empleos y un impacto directo en la economía interna.

En cuanto a generación de empleo, Garza estima que durante el primer trimestre de 2025 hubo un incremento de aproximadamente 3% en trabajadores afiliados al IMSS, comparado con el mismo periodo del año anterior. “Traemos cerca de 175 mil trabajadores, si mal no recuerdo”, precisa.

Aunque las cifras son alentadoras, el sector enfrenta retos relacionados con la disponibilidad de mano de obra. La demanda podría incrementarse aún más ante la próxima implementación del nuevo esquema del Infonavit, que contempla la construcción de 33,000 viviendas en el estado.

“El riesgo es que eso genere una alta rotación de personal en el sector privado, al competir por mano de obra calificada. Se va a volver un tema complicado, sobre todo porque la construcción de vivienda exige habilidades más especializadas, y hay que cumplir con los tiempos establecidos”, advierte.

A pesar de los avances, la industria tampoco es ajena a factores externos que podrían afectar su ritmo de crecimiento. Uno de ellos es la volatilidad económica derivada de la política estadounidense. “Definitivamente es un tema retador para cualquier industria. Un día sí y otro también hay anuncios que generan incertidumbre”, dice Garza en referencia al presidente Donald Trump.

Esta incertidumbre, explica, impacta especialmente a las pequeñas y medianas empresas (Pymes), que ya enfrentan dificultades para acceder a financiamiento. Además, presiona las tasas de interés al alza y encarece la operación de las empresas más vulnerables del sector.

A lo anterior se suma la volatilidad cambiaria, que representa un riesgo adicional para una industria que depende en gran parte de maquinaria y materiales cotizados en dólares.

Pese a todo, la construcción en Nuevo León avanza a paso firme, con inversiones en infraestructura, dinamismo empresarial y generación de empleo. El reto será mantener este ritmo en un entorno económico incierto, apostando por la planeación, la inversión local y la capacitación de su capital humano.